Un programador sevillano, Javier Santos, descubrió esta semana analizando la versión beta de la famosa aplicación WhatsApp que nuestros datos personales albergados en el sistema de mensajería serían compartidos con Facebook. Hace 2 años que la Red Social Facebook compró esta App con el argumento de que nunca se había visto una curva de adquisición de usuarios como esa desde que apareció el propio Facebook.
La semana pasada se anunció que el servicio de Whatsapp iba a ser completamente gratuito. Una pista que disparó las alarmas de algunos. No ha hecho falta mucho tiempo para que el nuevo modelo de negocio saliera a la luz: no cobrar por el servicio pero sí aceptar otra moneda, nuestros datos.
Víctor Salgado acudió el pasado martes a V Televisión para tratar en profundidad esta noticia «Deberíamos desconfiar de cualquier servicio que no nos cobre porque algo nos está cobrando. Nos ofrecen grandes servicios pero ¿a cambio de qué? De nuestra privacidad» explicaba el abogado.
¿Qué tipos de datos se van a compartir? Esa es la gran pregunta. Por ahora sólo tenemos como fuente información el aviso del servicio: Compartir la información de mi cuenta de Whatsapp con Facebook para mejorar mi experiencia usando Facebook.
De esta forma, solicitan nuestro consentimiento. Si aceptamos, incurrimos en la gran mentira de Internet «He leído atetamente y acepto las condiciones de uso». No es necesario hacer un estudio exhaustivo de éstas pero es importante echarles un vistazo siempre y ver qué nos está exigiendo este servicio. Con los programas y la estrategia adecuados, Facebook podría llegar a extraer gran cantidad de información sobre nosotros y los que nos rodean.
¿Y si aceptamos las condiciones? ¿Ya no podemos reclamar? Afortunadamente no es así: «La ley europea nos ampara frente a cualquier abuso. Aunque nosotros permitiéramos hasta el peor de los escenarios, eso no quiere decir que la empresa esté autorizada para hacerlo» afirma Víctor.
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La legislación europea es mucho más protectora con la privacidad que la americana. Ya existen sentencias del Tribunal de Justicia de la UE que dictan precedente en este aspecto, como la de Google, de mayo de 2014, sobre el derecho al olvido o la de Facebook, de octubre de 2015, de anulación del Safe Harbour para la no compartición de datos con EEUU sin cumplir determinadas garantías.
Como europeos, tenemos derecho a dirigirnos a estas empresas y solicitar información sobre qué datos están compartiendo y el uso de los mismos. Es mucho más sencillo de lo que pudiéramos pensar, simplemente con enviar una comunicación a Facebook solicitando ejercer nuestros derechos de: acceso, rectificación, cancelación u oposición, la empresa debería responder y atenderlos.
En el caso de España, la Agencia de Protección de Datos tiene a la disposición del ciudadano modelos para descargar que pueden ayudar en este tipo de trámites. «Ni siquiera tendrías que redactarlo tú mismo. Es un procedimiento mucho más fácil de lo que parece a simple vista, no necesita de la intervención de un abogado o procurador» explica Víctor.
Si la empresa no nos contesta en el plazo correspondiente (en el caso de acceso 1 mes, en el de rectificación 10 días), podemos acudir directamente a la Agencia de Protección de Datos, sin entrar en un procedimiento judicial. Sólo si la compañía se enfrenta a la Agencia o si queremos un resarcimiento, habría que acudir a los tribunales.
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