La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha implementado actualizaciones en su guía de cookies, alineándose con las directrices del Comité Europeo de Protección de Datos (CEPD). Desde enero de 2024, los usuarios se enfrentan a una decisión crucial: aceptar cookies o pagar para acceder a contenidos digitales, marcando un precedente en la gestión de la privacidad online.
Esta revisión, que responde a las Directrices CEPD 03/22 sobre patrones engañosos en redes sociales, insiste en una mayor transparencia y control para el usuario sobre sus datos personales. Lo más destacable es la introducción de una norma que permite a los sitios web negar el acceso a sus servicios si el usuario rechaza las cookies. Diarios digitales y otros proveedores de contenido han sido rápidos en adaptarse, presentando un ultimátum a sus visitantes: el acceso a sus contenidos se paga con datos personales o mediante una suscripción monetaria.
Antes de estas actualizaciones, la interacción con las cookies se limitaba a aceptarlas o configurarlas, sin la necesidad de ofrecer una opción de rechazo claro. Esta falta de elección conducía a muchos a aceptar las cookies sin más, comprometiendo su privacidad por conveniencia. Sin embargo, la nueva guía exige que las opciones de aceptar o rechazar cookies sean igualmente accesibles, poniendo fin a la práctica de «consentimiento forzado» y promoviendo una mayor autonomía del usuario en la gestión de sus datos. Aunque esta libertad viene con un costo: la posibilidad de ser excluidos de ciertos contenidos si se elige proteger la privacidad.
La cuestión que se nos plantea en este contexto es la relativa a la validez del consentimiento otorgado por el usuario bajo estas condiciones. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) estipula que el consentimiento debe ser una «manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca», pero ¿podemos considerar que la aceptación de cookies por el usuario es libre, cuando la alternativa supone un desembolso económico? Al margen del posicionamiento de la AEPD en el futuro, la cuestión ya está generando debate y planteando serias dudas entre los profesionales.
En última instancia, esta evolución en la gestión de consentimiento y privacidad online invita a una reflexión sobre la convivencia digital futura, donde el respeto por la información personal debe equilibrarse con las necesidades económicas de los medios, ya que la percepción de que la información personal se está utilizando como moneda de cambio amenaza la confianza entre estos y sus potenciales lectores.
Pagar por cookies: ¿es este el mejor camino?
Viendo la actualización de la guía de cookies nos preguntamos si es una vía correcta teniendo en cuenta los derechos e intereses de las personas usuarias. Para profundizar más en este tema contamos con la opinión de una de nuestras abogadas especialistas en protección de datos, Teresa Regueiro.
Como experta, ella considera que pagar por cookies no es la mejor de las opciones. «Esta práctica mercantiliza en cierta medida nuestra privacidad, que es un derecho fundamental recogido en la Constitución y a la cual no deberíamos renunciar«, señala Teresa Regueiro. Aparte, insiste en que la denegación de acceso por rechazar cookies en la prensa digital «podría comprometer el acceso a la información y a la diversidad y pluralidad de fuentes informativas«.
Entonces, ¿cuál sería una buena vía para usuarios y medios? Teresa Regueiro nos habla de una opción equilibrada: ofrecer acceso a un contenido más amplio a los consumidores que acepten cookies o se suscriban y otros más limitados para los que no quieren comprometer su privacidad.
Este camino sería interesante para ambas partes implicadas. Es verdad que los medios precisan esas cookies en su día a día, pero, como comentaba nuestra abogada especializada en protección de datos, no se pueden poner en peligro derechos fundamentales.
La guía de cookies y la protección de la privacidad del usuario
Venimos hablando de que esta guía de cookies renovada busca mejorar la protección de la privacidad del usuario. Lo hace, principalmente, al obligar a los sitios web a poner al mismo nivel de accesibilidad las opciones de aceptar o rechazar las cookies. Esto es un paso importante teniendo en cuenta que antes el botón para denegarlas era menos visible.
La cuestión es que ahora los medios digitales incluyen este muro de pago. Teresa Regueiro considera que la mayoría de los usuarios van a acabar aceptando las cookies por este motivo. «Curiosamente unas directrices que pretenden mejorar la transparencia y el poder de disposición sobre los datos personales pueden acarrear el efecto contrario, el de renuncia a la privacidad para acceder a contenidos«, insiste la abogada especialista en derecho digital.
Esta obligación de poner el aceptar o rechazar las cookies a un mismo nivel e incluso con la opción de realizar un pago nos lleva a un nuevo escenario interesante. Antes, los consumidores entraban en Internet de forma «falsamente gratuita», como insiste Teresa Regueiro, puesto que estaban cediendo datos personales sin ser conscientes de ello. Ahora sí que lo son, ya que deben tomar una decisión, la de elegir entre aceptar las cookies o pagar.
«Creo que el usuario será más consciente de la importancia que sus decisiones tienen en el ámbito de la privacidad. No obstante, si las opciones son pagar con datos o con dinero, seguirá optando por sacrificar su privacidad«, insiste la abogada de A Coruña. Teresa Regueiro también incide en que el consumidor debería poder decidir entre los contenidos por los que sí le merece la pena pagar y aquellos a los que debería poder acceder sin sacrificar sus datos personales.
La nueva guía de cookies lleva pocos meses en marcha y el muro de pago todavía sorprende a los usuarios. Estaremos atentos a ver cómo avanza el tema y si hay novedades en la materia. Si necesitas un bufete de abogados especializado en protección de datos en Galicia, contacta con nosotros. Podemos ayudarte con respecto a este y muchos otros temas.